Siempre se vuelve a los orígenes, y es así que desde hace ya algunos años las medicinas alternativas han pasado a ocupar un lugar primordial en la salud de todos. Entre ellas se encuentra la fangoterapia, tratamiento que se realiza a base de barro -arcilla o fango-, el cual es un material natural y terapéutico para la salud.
Este elemento ya era utilizado en la Antigüedad por los griegos, romanos, árabes y otros pueblos de Oriente, que lo aplicaban en el tratamiento de diversas enfermedades. Aunque durante bastante tiempo el barro se dejó de usar, muchos años después se vuelve a emplear en la medicina alternativa actual;
hoy existen en el mundo centros de salud en donde se aplica la fangoterapia.
El fango está compuesto por los minerales que hay en la tierra y en el agua (hierro, magnesio, manganeso, azufre, zinc, fósforo y cobre; oligoelementos y minerales geológicos); y queda libre de contaminación cuando se evapora el agua (las bacterias se desarrollan en la humedad) y, de esta forma, se logra conservar su riqueza.
Éste puede proceder de terrenos volcánicos, terrenos cercanos a manantiales de aguas minerales, terrenos profundos o terrenos de grutas, etc. En definitiva, el barro posee propiedades curativas capaces de extraer del interior y exterior del organismo las impurezas que lo perjudican.
Resulta refrescante, desinflamante, descongestivo, purificador, cicatrizante, absorbente y calmante; y se recomienda su uso para ciertas enfermedades, como: reumatismos, inflamaciones de las articulaciones, gota, dolores musculares, úlceras, fístulas, lumbago, ácido úrico elevado, supuraciones, heridas con pus, llagas, contusiones, golpes, peritonitis crónica, ascitis, artritis, dolores de cabeza, eccema, fracturas, hemorragias, heridas y cortes, herpes, infección de oído, inflamaciones linfáticas, menstruación dolorosa, quemaduras, etc.
Asimismo, la fangoterapia se puede utilizar para afecciones estéticas, como: envejecimiento cutáneo, piel seca y deshidratada, limpieza profunda de cutis, flaccidez en el busto. También es eficaz para el tratamiento de manchas, drenaje linfático y pérdida del cabello; y logra atenuar la apariencia de la celulitis, el acné, piel rosácea, eczemas o Psoriasis.
Aunque se ha demostrado que no tiene grandes contradicciones, no se debe utilizar en heridas abiertas, no usar fangos muy calientes en procesos agudos. Por último, se aconseja que toda persona que quiera hacerse este tipo de tratamiento lo consulte antes con un médico.
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Un saludo J.Cuervo
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